The Washington Post es un ejemplo de transformación digital que, según el Managing Editor, Emilio García-Ruiz, «ha sabido aprender de sus errores». En 1997 The Post empezó a invertir en el negocio digital. La familia propietaria apostaba porque fuera local, centrado en Washington, hasta que en 2013 llegó Jeff Bezos. El director de Amazon compró el medio y cambió la estrategia.
Bezos dejó claro que quería seguir apostando por la excelencia del periodismo, pero también de la tecnología (que permitiera contar historias de maneras innovadoras) y consideró fundamental dejar de ser un medio local. The Post tenía que ir más allá de Washington y dirigirse al público nacional e internacional.
Además, basó el nuevo modelo de negocio en ofrecer contenido gratuito y al mismo tiempo, conseguir suscripciones.
«Representan a dos clientes diferentes y hay que tener una estrategia para ambos, con la esperanza de convertir a los primeros en suscriptores», asegura Emilio García-Ruiz. El Managing Editor añade que «necesitamos que miles de personas accedan a nuestra web porque al final muy pocas pagarán». Es decir, cuantas más visiten la web, más posibilidades hay de conseguir suscripciones.
García-Ruiz también afirma que Jeff Bezos consideró que si querían atraer a clientes que pagasen por leer The Washington Post, tenían que explicarles qué les ofrecerían. De ahí nació el eslogan del medio, «Democracy dies in darkness», ante el cual el directivo español se mostró escéptico al principio, a pesar de que luego acabó triunfando. «Jeff Bezos tenía razón», reconoce.

Otro de los cambios que introdujeron, explica Greg Barber, director de Digital News Projects, hace referencia al análisis de la audiencia. Además del estudio de las métricas tradicionales, crearon Spectrum, una herramienta para analizar al público con más detalle, de una manera más exhaustiva, especialmente a los suscriptores; «qué leen, cuánto tiempo pasan en una página…»
El personal de The Washington Post también se ha tenido que adaptar a la transformación digital. Se ha pasado de una redacción dividida a una integrada, cada vez más digital. Eso sí, habiendo superando diferentes fases, que han supuesto un periodo de siete años.
Según García-Ruiz, la formación y adquisición de habilidades digitales son fundamentales, así como una reorganización de la redacción, que integre a periodistas, ingenieros, desarrolladores, diseñadores… Añade que durante años han invertido recursos en formar a profesionales centrados en el papel para convertirlos en digitales, en ocasiones sin éxito. Esto les ha llevado a concluir que «estamos en el 2018 y si todavía hay empleados que no quieren trabajar en el negocio digital, ya es demasiado tarde para ellos».
No todos los medios son The Washington Post, pero las preguntas que plantean García-Ruiz y Barber son aplicables a cualquier empresa del sector. Son cuestiones que pueden servir a los medios para reflexionar sobre su estrategia y aprender de los errores.
Does your technology stink?
[Are you happy with your newsroom technology?]
What game are you playing?
[Is your strategy correct?]
What are you counting?
[What kind of metrics are you counting?]
Is your newsroom culture right?
[Do you have the right people?]
FOTO PORTADA: GEN SUMMIT
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