El 2019 ha sido el año del cambio climático, el año en el que ha saltado a las portadas y al prime time de los medios de comunicación. La cifra de artículos publicados se ha duplicado (+56%) y el interés de la audiencia ha crecido un 80% respecto al año anterior, según el estudio Taking the temperature of climate change engagement, de Chartbeat.
Hasta ahora, apunta el informe, era un tema considerado ‘ratings killer,’ especialmente para los canales de televisión. Es decir, era una cuestión abstracta y complicada de explicar visualmente en piezas cortas y que no captaba el interés de la audiencia. Fiona Harvey, periodista especializada en el cambio climático de The Guardian, lo define como un tema ‘slow-burn issue,’ algo así como un problema de combustión lenta y que puede derivar en una crisis. «Era un nicho», afirma. «Antes tenías la sensación de que la ciencia era el último vagón del tren y ahora, con el cambio climático, ha ganado importancia», añade Frederic Filloux, editor del digital The Monday Note.
Y este cambio se ha producido gracias al ‘efecto Greta Thunberg,’ a protestas como la huelga internacional por el clima del pasado 15 de marzo de 2019 o a eventos como la cumbre COP25 en Madrid. Todo ello, amplificado por las coberturas de los medios de comunicación, «está teniendo un impacto en la política y estamos viendo cómo los políticos incorporan propuestas en sus programas», apunta Phil Chetwynd, director de Información de Agence France-Presse. Entre la audiencia, medios como The Guardian también han constatado un mayor interés; «el cambio climático es hoy uno de los temas más demandados por nuestros suscriptores», asegura Harvey.

Si bien el calentamiento global ha saltado a las portadas y al prime time, informar sobre ello continúa siendo todo un reto. «Tenemos que simplificar la complejidad del cambio climático», dice Chetwynd. Y no siempre es fácil… Tampoco lo es evitar titulares catastrofistas, señala Filloux, y precisamente, en este sentido, Harvey menciona la importancia de hablar sobre «las soluciones», aquello que puede hacer la ciudadanía para luchar contra el cambio climático. «Nunca deberías escribir sólo sobre los problemas. Siempre tienes que informar sobre las soluciones», afirma.
Y otra recomendación que hace la periodista británica es sobre el lenguaje de los medios. Explica que «las palabras ‘cambio climático’ no suenan como una advertencia y ‘calentamiento global’ puede parecer agradable». Así que decidieron referirse a este fenómeno como ‘emergencia climática‘ para darle la importancia que merece y transmitirlo de esta manera a la audiencia.
Son algunas reflexiones sobre la cobertura del cambio climático que Harvey, Filloux y Chetwynd han hecho en el congreso NewsXchange, en París, donde también se ha hablado de la iniciativa Covering Climate Now, impulsada por The Nation y Columbia Journalism Review. Se trata de un proyecto en el que participan más de 300 medios de comunicación con una audiencia potencial de más de 1.000 millones de personas. Es un ejemplo que sigue la tendencia actual de «producir más y mejor contenido sobre el cambio climático», concluye Kyle Pope, de Columbia Journalism Review.

FOTO PORTADA: MARKUS SPISKE. UNSPLASH.
Pienso que de los Pirineos hacia abajo, se está muy lejos de hablar seriamente del tema. Sigue siendo un tema anecdótico y sobretodo no hay debates sobre su fondo. Una cosa es decir que hubo un debate y otra és entrar en el contenido. Véase hablar de los informes del ipcc como un exemplo.
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Que este tipo de noticias – hasta entonces poco menos que anecdóticas en la parrilla de los informativos- ocupe la franja del «prime time», fundamentalmente gracias al fenómeno de Greta Thunberg, supone un avance importante para suscitar un debate en la conciencia pública; sin embargo, me temo que el mérito hay que atribuirlo al revulsivo de Greta, a su personaje y a la contundencia de su discurso, más que a una inopinada preocupación global sobre el deterioro climático. Creo que el problema del clima empieza en las relaciones del ciudadano, del pueblo, con el poder (en nuestra catástrofe natural). Mientras el poder siga siendo esa pieza separada que campa a sus anchas por sus delirios, mientras no paremos el temporal del hombre contra el hombre, malamente (tra, tra) los países más poderosos por contaminantes, cambiarán el foco de sus espurios intereses. Hay que entrar dentro para arreglar lo de fuera. Greta es la esperanza, hace falta más.
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Gracias por tu comentario, Carlos
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